miércoles, 5 de junio de 2019

Hola mundo

5 de junio Día Mundial del Medio Ambiente

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El derecho al aire limpio es un derecho humano. Si no podemos respirar aire limpio, no podemos gozar de salud, no podemos vivir a plenitud. Así de simple. La contaminación atmosférica es el desafío ambiental más acuciante de nuestros tiempos. Por eso este año el tema del Día Mundial del Medio Ambiente es lograr un planeta.
Imagen relacionadaEl aire contaminado mata prematuramente a 800 personas cada hora en el planeta. En las Américas, más de 300.000 personas mueren cada año a causa de la mala calidad del aire. Todo nuestro cuerpo, de la cabeza a los pies, resulta afectado cuando inhalamos gases venenosos que circulan en el aire de nuestras ciudades y campos. No hay región en la Tierra que se libre de este mal, que causa un cuarto de los casos de embolia, cáncer de pulmón y enfermedades del corazón.
Los costos de la contaminación atmosférica exceden $US 5 trillones al año, según el Banco Mundial. Las regiones del Mediterráneo Oriental y de Asia Sudoriental son las más afectadas en el mundo. En América Latina y el Caribe varias capitales o megalópolis no han cumplido los estándares de calidad del aire de OMS, entre ellas: Santiago de Chile, Lima, Ciudad de México, La Paz, Buenos Aires o Sao Paulo.
Pero no siempre las capitales son las más afectadas. A menudo son ciudades más pequeñas las que llevan la peor parte. Santa Gertrudis en Brasil, Coyhaique en Chile o Santo Domingo en Ecuador estuvieron en 2018 entre las 10 ciudades de las Américas que no cumplieron los estándares en material particulado. Porque la contaminación atmosférica es también un indicador de la tremenda desigualdad imperante: 97 % de las ciudades en países de ingresos bajos y medios con más de 100,000 habitantes no cumplen con las pautas de calidad del aire. Ese porcentaje cae a 49 en los países de altos ingresos.
Los más vulnerables son siempre los que pagan el precio más alto en términos de degradación ambiental. Y es deber de los Estados protegerlos, tal como lo consignó en su reporte de marzo de 2019 el Relator Especial de la ONU sobre los derechos humanos y el medio ambiente, David Boyd.
El derecho a un medio ambiente saludable está consagrado en las constituciones de al menos 100 países en el mundo. Ha habido avances sustantivos en políticas públicas por un aire limpio en la última década, pero hay que apretar el acelerador.
Ya tenemos las soluciones y ya sabemos qué es lo que hay que hacer: mejorar el monitoreo de la calidad del aire, instaurar controles más estrictos para las emisiones de automotores, promover el transporte público sostenible y limitar los gases de efecto invernadero de la industria y la agricultura.
Asimismo, debemos ampliar los espacios verdes en las urbes, reducir el uso de leña en los hogares y la quema de basura, controlar incendios e impulsar la eficiencia energética y las energías renovables.
La sociedad civil tiene mucho que aportar, informándose y ejerciendo presión. Pero es deber de los Estados y de las industrias promover las políticas públicas que son necesarias y urgentes. Y son tan urgentes porque la contaminación del aire está inextricablemente ligada al cambio climático. Muchos de los gases que contaminan el aire, son también de efecto invernadero. Controlarlos es clave para evitar una crisis climática de consecuencias catastróficas.
Nadie en el planeta debería tener que escoger entre salir a la calle con una mascarilla o quedarse encerrado en casa. No, nuestro derecho es vivir a plenitud al aire libre en ciudades y áreas rurales sostenibles y resilientes. Nuestro derecho es a vivir en un planeta.
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El sistema solar

¿Qué ocurrirá cuando el Sol muera?


Pese a su baja masa, nuestro astro colapsará en una espectacular explosión que dejará tras de sí una nebulosa planetaria.
Hace 4.500 millones de años, una estrella de tamaño mediano se formó en medio de una enorme nube de gases y polvo. A su alrededor, la materia fue colapsándose y dando forma a los cuerpos estelares que hoy orbitan este, nuestro Sol, presidente de nuestro hogar, y entre los que se encuentra, de un azul pálido, nuestro planeta.

 Pero algún día la estrella que nos dio la vida agotará su combustible. Actualmente se encuentra generando helio de la fusión constante de átomos de hidrógeno en su núcleo. Cuando deje de hacerlo, morirá y con ella lo hará también el resto de cuerpos celestes, incluida la Tierra.
Una vez que el Sol agote definitivamente sus reservas de hidrógeno, comenzará a fusionar átomos de helio y en este proceso se expandirá hasta alcanzar la órbita de la Tierra como una gigante roja. Los científicos no saben a ciencia cierta si en ese momento, dentro de otros 4.500 millones de años, el imparable crecimiento de sus capas exteriores engullirá también a la Tierra(en su expansión hará lo propio con Mercurio y Venus), pero de lo que no hay duda es que nuestro planeta habrá sido incompatible con la vida tiempo antes.
Los científicos estaban de acuerdo en que el astro morirá, y cuándo. De lo que no estaban seguros es del cómo, hasta ahora. Gracias a una nueva investigación, los científicos conocen más detalles acerca de cómo será el final definitivo del Sol e, irremediablemente, el de nuestro hogar
El estudio ha sido elaborado por un equipo internacional de científicos, quienes han sido capaces de predecir que el Sol se convertirá en un anillo masivo de gas y polvo luminoso, lo que se conoce como una nebulosa planetaria.
Pero el estudio no solo ha determinado cómo sería el final del Sol, sino que, averiguándolo, ha resuelto un conflicto que ha durado más de 25 años en la comunidad científica: el hipotético final que se le augura ahora al Sol, teóricamente, no era posible según los modelos antiguos, porque se creía que el Sol, como estrella mediana, no era capaz de dejar tras de sí esta nebulosa. En cambio, la nueva investigación revela que no solo las estrellas más masivas pueden dar lugar a nebulosas planetarias; las de masa media-baja, como nuestro Sol, también pueden, aunque de menor intensidad.

Sorpresa del mundo

La Tierra ha alcanzado niveles de CO2 nunca vistos

El nivel de dióxido de carbono en la atmósfera, en la estación de Mauna Loa, supera las 415 partes por millón.
Hace 200 años, al inicio de la Revolución Industrial, la atmósfera terrestre tenía aproximadamente 250 partes de dióxido de carbono (CO2) por millón (ppm). En la década de 1960 la concentración de este gas que -ya se sabía entonces que provoca el conocido como efecto invernadero, y el cambio climático global- superó las 300 ppm.

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La acumulación de CO2 en la atmósfera se ha acelerado en los últimos años -debido a las emisiones provocadas por actividades humanas como la combustión de hidrocarburos- y la lectura más reciente en el observatorio Mauna Loa (Hawaii, Estados Unidos), en centro de referencia mundial en este tema, marcó el 12 de mayo la cifra récord de 415,39 ppm, según han confirmado los expertos del Programa CO2 de la Institución Scripps de Oceanografia, centro adscrito a la Universidad de California en San Diego. Un día antes, la cifra récord había sido de 415,26 ppm y los expertos no descartan que este mismo mes de mayo vuelva a establecerse un nuevo nivel máximo histórico.
En la historia de la Tierra se han producido fenómenos climáticos y geológicos que han aumentado la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera incluso por encima de las 416 ppm pero, como se sabe desde hace algunos años gracias a registros como los de Mauna Loa, nuestro planeta vive ahora una situación sin igual por lo menos en los últimos 10.000 años.
“Es la primera vez en la historia de la Humanidad que la atmósfera ha tenido más de 415 ppm de CO2”, explica el meteorólogo Eric Holthaus en su cuenta en Twitter antes de recordar que esta marca no se había alcanzado no solo en los últimos 10.000 años sino también desde que existen los humanos modernos.
La última vez que la atmósfera de la Tierra contenía tanto CO2 como ahora fue hace más de tres millones de años, cuando el nivel global del mar era varios metros más alto y partes de la Antártida estaban cubiertas de bosques.
”Esto demuestra que no estamos en camino de proteger el clima en absoluto. El número sigue aumentando y está aumentando año tras año”, dijo a la agencia France-Presse (AFP) Wolfgang Lucht, del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático.
La mala noticia conocida ahora no es un hecho aislado, todo indica que los niveles seguirán aumentando en los próximos años, con efectos muy negativos en el cambio climático.
Ralph Keeling, director del Programa de CO2 de Scripps Institution of Oceanography, dijo que la tendencia probablemente continuará a lo largo de 2019, que probablemente sea un año en El Niño en el que las temperaturas aumenten debido a las corrientes oceánicas más cálidas.
”La tasa de crecimiento promedio se mantiene en el extremo superior. El aumento respecto al año pasado probablemente será de alrededor de tres partes por millón, mientras que el promedio reciente ha sido de 2,5 ppm”, indicó este experto a AFP.

Intensas olas de calor



Ola de calor con temperaturas de casi 50 grados en Australia

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Temperaturas de casi 50 grados centígrados se registraron este martes en algunas zonas de Australia debido a la ola de calor que afecta al país y que llevó a sus autoridades a emitir hoy una alerta en Sídney por la elevada presencia de ozono.
Sídney alcanza temperatura máxima de 41 grados, el Ministerio de Salud del estado de Nueva Gales del Sur, cuya capital es esa ciudad, alertó de que, debido a una combinación de calor y luz, el aumento del nivel de ozono en los próximos días puede causar problemas respiratorios.
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 Los niveles de ozono son mayores al aire libre que en el interior y generalmente son más altos por la tarde y al anochecer”, explicó en rueda de prensa el director de salud ambiental del ministerio, Richard Broome.
Resultado de imagen para ola de calor en australiaLas principales ciudades del país, a excepción de Hobart, tendrán temperaturas de entre 34 a 41 grados, mientras que en zonas del interior el calor arrecia con fuerza y se pronostican temperaturas de unos 45 grados.
El martes las temperaturas más altas se registraron en la localidad de Port Augusta, en el estado de Australia del Sur, donde se alcanzaron los 48,9 grados, y en el pequeño pueblo de Tarcoola, en el mismo estado, donde se llegó a los 49.

El calor obligó a acortar las etapas de la carrera ciclista Down Under que se disputa en Australia del Sur pero no afectó, en cambio, el desarrollo del Abierto de Australia de tenis, que se disputa en Melbourne, en el estado de Victoria, donde las temperaturas se mantienen en unos 30 grados.
La Oficina de Meteorología pronostica una elevación de las temperaturas esta semana de más de doce grados por encima de la media durante el día y de diez por la noche.
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El mundo se agota

Ola de calor mortal en la India

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Se han dado avisos por ola de calor severa y ya se han dado varios muertos por altas temperaturas y golpes de calor. Los muchos turistas que visitan estos días la India van a encontrar zonas con temperaturas por encima de los 50 ºC.
Según el IMD, Servicio meteorológico de la India, el estado actual de temperatura y avisos para los próximos cinco días son extremos en cuanto a temperaturas.
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Una intensa ola de calor se está dando en el continente indio. El 3 de junio de 2019, se observaron condiciones severas de ola de calor en la mayoría de las partes del oeste de Rajastán. Las condiciones de las olas de calor en muchas partes con una ola de calor severa en zonas aisladas sobre el este de Madhya Pradesh y Vidarbha.
Las condiciones de ola de calor se convirtieron en olas de calor severas en zonas aisladas sobre el sur de Uttar Pradesh. Las condiciones de la ola de calor observadas en algunas partes en el este de Rajasthan, West Madhya Pradesh, Haryana y Marathwada y en zonas aisladas sobre el estado de Gujarat y Telangana.
Muchas zonas se encuentran por encima de los 48 ºC, tanto en la India como Pakistán.